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Mi despertad suele ser bueno,
pero aquella mañana
no era igual que otras.
Había quedado en
casa con algunos
amigos y compañeros del laboratorio.
Pero aquella mañana no era igual que las demás. Algo me decía que las cosas podían salir mal.
En el contestador tenía un mensaje de
Ignacio:
-voy para tu casa, pero.... creo que alguien me persigue y....ahh!...pipipipipipi.....
Esto me tenía preocupada. El camino que debe recorrer para llegar hasta aquí es un trayecto oscuro, con solo una pequeña
zona iluminada.Ya presentía yo que esta mañana no era igual.
!!
Karrajo!! acabo de recordar que un
zombie amenaza la ciudad....
Cuando volvió a sonar el timbre le pedí a
Yeli -que llegó junto con
Ángela, después de
Elena- que abriese, deseando que Ignacio estuviese al otro lado. Era
Adriana Mi preocupación iba en aumento por lo que decidí contarles a todos lo del mensaje en mi contestador.
-Bueno, dijo
Auxi, que había llegado antes que
Benjamín, -no creo que haya que asustarse.
-Vale, intentemos concentrarnos en nuestro cometido -dijo otro de los invitados
Aunque todos disimulábamos nuestra intranquilidad por lo que pudiera haber sucedido, o estar sucediendo, empezamos con nuestra sección.
Nos habíamos concentrado allí, como cada mañana, para investigar, experimentar y, finalmente, conseguir el mejor caviar de
Cerezas y guindas de todos los tiempos .
Un tema fascinante para gastrónomos, chef, cocinillas....
Pero esta era la primera mañana que algo no funcionaba bien. No quería aventurarme a contarles que el día anterior
una et me dijo:
Esto, además del mensaje, no dejaba de rondarme. Si lo contaba era posible que los nervios no nos dejaran seleccionar las cerezas para comenzar nuestra labor. Pero aún así, lo conté.
¿Y sí pasaba algo más y yo no había prevenido?
Entonces Óscar dijo -vayamos a
el desván y busquemos algo para defendernos, por si acaso.
Todos fuimos a ver.
Mi familia había conservado en aceptables condiciones muchas de las armas de sus antepasados. Había donde escoger, sobre todo en
el rincón de Prometeo. Todos los rincones llevan un nombre, éste el de mi tatarabuelo. También estaba el rincón de los
juegos musicales, mi preferido.
-Eh! la cachiporra es
Mía, dijo uno
-Vale, yo quiero el tirachinas, comentó otro.
Cuando estábamos armados bajamos e intentamos comenzar por fin nuestro experimento, no sin algo de inquietud. Llevábamos algo más de unas treinta guindas seleccionadas, las cerezas decidimos dejarlas para después, cuando.... sonó el timbre.
Era !Ignacio!....y no parecía haberle sucedido nada.
-Perdonad por el retraso, se justificaba, deje un mensaje (si,si).....
-Pero, le interrumpí, alguien te perseguía y....¿el grito?...
-Ignacio se sonrió y dijo:
-al principio me asusté un poco, no conocía a la persona que llevaba un rato siguiéndome. Mientras dejaba el mensaje en tu contestador se acercó y me entregó el premio
"un poema, una vida" por eso lo del grito, de sorpresa. En ese instante me quedé sin batería.
Todos allí, desconcertados, pensando en nuestro miedo, en el zombie, en las armas...
Ignacio pidió de nuevo perdón y, mientras le contábamos nuestros temores su sonrisa era cada vez más amplia....
-¿qué ocurre? le dije.
- En otros lugares, dijo Ignacio, conocen la historia del zombie, pero saben que era una fantasía de
la cuentista, para alejar a la gente de sus tierras.
Aquella mañana no era mañana.
Me fui al bar
quería estar sola
imágenes y palabras en clave.....
mmmm!
* Cada uno de vosotros ha dejado huella impresa de vuestra visita,
aquí, o allí en vuestro blog.
Esta es mi forma de daros las gracias a todos.
Los anaranjados no tenéis blog para enlazar.
El invitado eres tú, el anónimo que firma como Alberto.
Si alguno no está de acuerdo con su personaje, o cambio de nombre,
o lo que sea....ahora es el momento.
Espero que vuestras visitas sigan dejando huella
Gracias
Un abrazo
En la clave de sol suenan vuestros nombres.
Pd: cualquier coincidencia con la
realidad la desconozco.